Instrucciones para el día de cumpleaños

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Contra toda urgencia de huir o congelarse, salga y mire al cielo tantas veces sea necesario para tranquilizarse y exhalar las palabras "hoy qué" sin llorar.

Salga y enfrente cada interacción humana con contenida dignidad. Abrace a quien extienda sus felicitaciones sinceras, agradezca entre dientes a las felicitaciones falsas. A las personas sin idea de la fecha, salúdelas con una sonrisa tensa.

Si hay pastel, agradezca y coma un bocado. Si no le gusta el pastel, coma un bocado más pequeño. Si hay otra cosa que pastel, coma un bocado. Si hay otra cosa que pastel cuando no le gusta el pastel, recuerde el cielo y exhale nuevamente "hoy qué".

Recuerde que el peso de los años es el peso de los huesos. En algún punto del día, frente al espejo, bajo las cobijas o en el asiento del autobús, contemple su mortalidad (ver "Instrucciones para afrontar una crisis escatológica").

Al final del día, revise las cartas, mensajes y llamadas. Recuerde que el conteo neto de éstas son irrelevantes; si quiere contar algo, cuente cada letra dentro de ellas. Siéntase libre de responder al día siguiente.


Actividades a discreción:

Bailar, beber, fumar.

Correr, coger, cantar.

Pintar, volar, coger otra vez.

Volver a casa.

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